Recuerdo la primera vez que me topé con el concepto del “aprendizaje social”. Estaba en mis últimos años de colegio y ya me sentía inclinado por estudiar psicología.
El aprendizaje social nos enseña muchos de los hábitos que adoptamos – sean buenos o malos – los aprendemos de nuestro entorno, desde muy pequeños. Albert Bandura, quién formuló esta teoría, lo demostró a través de un famoso experimento. Mostró a un grupo de niños un video en el que un hombre golpeaba un muñeco. Posteriormente llevó al mismo grupo de niños a una habitación en la que se encontraba un muñeco similar. Asombrosamente los niños imitaron el comportamiento violento que habían observado.
Este experimento nos revela algo fundamental: muchas veces nuestras acciones son la réplica de las acciones que hemos observado de otras personas. Desde comportamientos, hábitos, creencias y expectativas. En conjunto componen las actitudes que hemos aprendido de quienes nos rodean.
Sin embargo ¿Qué pasa cuando esas actitudes no reflejan quienes somos en lo más profundo? He visto manifestaciones de ello en mi práctica clínica cuando mis consultantes luchan con decisiones importantes. Normalmente por medio de una pregunta ¿Estoy haciendo lo correcto? Su brújula moral encuentra parcialmente confort en aquellas actitudes que aprendieron de niños. Pero es tan solo el primer paso en el viaje personal hacia el interior.
Llega entonces el momento en el que comenzamos a cuestionar lo que hemos aprendido con tal de descubrir nuestros propios valores. ¿Estás viviendo según tus valores personales o según el guión que redactaste al observar a los demás? Es esencial conectar con los propios valores para tomar decisiones asertivas y que manifiesten lo que en el fondo consideras valioso e importante.
Es verdad que nuestros aprendizajes primarios nos ayudan a convivir con los demás. Sin embargo requiere preguntarse ¿Qué es verdaderamente importante y valioso para mi? ¿Qué es lo que me hace sentir auténtico y conectado con mi esencia?
Descubrir tus valores y vivir en congruencia con los mismos es esencial para llevar una vida plena y significativa.