Seguramente es certero decir que la disciplina es de esas cualidades y virtudes que toman mucho esfuerzo trabajar. Porque siempre con respecto a cualquier objetivo que apuntamos existe la probabilidad de que la inconsistencia comprometa conseguir el objetivo. Además de que comúnmente se asocia a la disciplina con hacer actividades desagradables e incómodas cuando realmente no necesariamente es el caso.
Es comprensible que la disciplina se sienta como algo tan ajeno porque realmente se trata de una constante práctica mas no una cualidad que poseemos o no. Además de que la admiración que te genera observar a personas verdaderamente disciplinadas es un indicador de que esa cualidad tuya está anhelando expresarse a través de ti. Sin embargo puede resultar doloroso y angustiante observar que yaces todavía muy por de bajo de lo que quisieras alcanzar. No obstante cabe recordar que las personas que observas como disciplinadas comenzaron de la misma manera dando pequeños pasos que con el tiempo representan un avance verdaderamente significativo.
El problema con la disciplina
La disciplina es esa cualidad que nos permite alcanzar nuestros objetivos de una manera ágil sin embargo requiere cierto grado de motivación. Puesto que sería extremadamente incómodo dirigir tus esfuerzos hacia algo que no te interesa en lo absoluto. Por este motivo es muy importante distinguir que tus objetivos estén alineados con tus verdaderos intereses y no realmente con las expectativas de las demás personas. Por otro lado tener una multitud de objetivos y un plan confuso hace difícil priorizar los esfuerzos y atención. Como consecuencia no se ven los resultados al instante y observamos que el esfuerzo que requiere una meta yace por encima de nuestra motivación. Esto dificulta radicalmente practicar la disciplina que se encuentra en el espacio entre el esfuerzo que requiere una meta y la motivación.
Afortunadamente la disciplina es una práctica y conlleva sus diferentes estrategias que facilitan su implementación. Una vez que afiles esta cualidad todas las esferas de tu vida como la salud y la productividad se verán influenciadas positivamente. Porque la disciplina es esa cualidad que hace posible alcanzar cualquier objetivo que te propongas inclusive cuando la motivación carece de proveerte la energía suficiente.
No existe disciplina sin metas
La disciplina está estrechamente relacionada con tus metas y la razón es muy simple ¿Cuándo fue la última vez en que disfrutaste hacer algo que no querías? Sentirte obligado a hacer algo que no quieres es una barrera difícil de romper. Sin embargo si dedicas tu esfuerzo hacia algo que si te enriquece de alguna manera la disciplina se convierte solamente en consistencia y paciencia. Como lo dijo Friedrich Nietzsche “Quien tiene algo por qué vivir, es capaz de soportar cualquier cómo”.
Sin embargo el problema no se soluciona solamente con elegir un objetivo que te guste. De hecho existe el problema de elegir demasiados objetivos y fallar en seleccionar aquel que es la prioridad. La disciplina se trata en realidad más de enfoque que de tener muchos objetivos. Imagina que eres un arquero y tienes que disparar flechas a 6 blancos. Al momento de disparar diriges toda tu atención, habilidad y esfuerzo a un solo blanco; luego al siguiente y así sucesivamente. En mi vida personal y en el trabajo con mis clientes he observado como llena de energía tener muchos objetivos, metas y sueños. Fallar en establecer aquello que es prioridad impide avanzar y genera angustia quedarse estancado en el mismo lugar. Por lo que es vital establecer metas y objetivos. Sin embargo recuerda distinguir los que son verdaderamente los más importantes; apunta tus flechas y dispara.
Solo se trata de tomar el siguiente paso
Seguramente has escuchado toda tu vida que para alcanzar tus metas necesitas segmentarlas en pequeños pasos. Sin embargo es impresionante cómo pasamos por alto muchas veces esta indicación. La razón por la que nuestra motivación se ve disminuida después de un tiempo al plantearnos una meta es porque el siguiente paso hacia la meta resulta borroso y poco claro. En parte lo que nos motiva es la sensación de logro con respecto a algo desafiante. Sin embargo si los pasos para alcanzar tus metas son confusos, borrosos o sumamente inalcanzables deja de sorprender que la motivación se desvanezca. En esa instancia la disciplina se convierte en tortura y abandonamos nuestros planes.
En mi vida personal he observado que cuando no tengo un plan detallado, es decir que los pasos para alcanzar mi metas son confusos, borrosos o incoherentes; puedo querer cualquier objetivo o meta pero sin el plan consolidado que lo acompañe no podré ver ningún progreso. Como dice Diego Galarza «El que falla en planificar – planifica fallar».
Por lo que sugiero que te preguntes:
- ¿Porqué es importante para ti esa meta?
- ¿Cómo impactaría el que alcances la meta a las personas a tu alrededor?
- ¿Qué es lo que se requiere que hagas? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo?
- ¿Con qué obstáculos te puedes encontrar y que soluciones puedes implementar?
- ¿Cuales son los indicadores que te van a señalar como evidencia de tu progreso hacia la meta?
Los hábitos
Realmente la disciplina se trata de aquello que haces habitualmente. ¿Tienes la disciplina de entrenar porque lo haces todos los días? ¿Tienes la disciplina de escribir porque lo haces todos los días? Son solamente ejemplos y no digo que tengas que hacer eso que estoy ilustrando. No obstante para aprovechar la disciplina ayuda apalancarse de lo que hacemos todos los días. Aristóteles dijo algo parecido «Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto, es un hábito».
Por este motivo es vital observar los hábitos diarios o inclusive semanales que están alineados con tus metas y objetivos. Puedes observar esos hábitos que te alejan de tus objetivos y aquellos que efectivamente contribuyen con progreso hacia tus metas. La disciplina se trata de insistir en los hábitos que significan un progreso hacia tus metas y de intercambiar los hábitos que no contribuyen progreso por otros que sí generan un avance. Por ejemplo si quieres cambiar la forma en que pasas tu tiempo libre y quieres hacerlo más intencional; podrías optar por utilizar menos tiempo las redes sociales e intercambiarlo por lectura.
Disciplina y paciencia
En definitiva es extremadamente útil practicar la disciplina porque es el medio con el cual avanzas hacia lo que quieres. Tiene sus respectivos desafíos sin embargo es muy diferente obligarse a hacer algo contrario a inteligentemente trabajar hacia tus metas. Requieres de metas claras y priorizarlas de manera que tus decisiones estén orientadas hacia ese objetivo. Requieres de un plan que te indique claramente lo que requieres hacer y que aproveches al máximo la satisfacción que conlleva realizar algo desafiante. Finalmente es necesario distinguir los hábitos que contribuyen al progreso hacia la meta y los hábitos que perjudican tu progreso. Deshacerte de los hábitos incongruentes y aprovechar los hábitos congruentes.
De esta manera la disciplina se convierte en la manera en que te deslizas ágilmente hacia tus metas con ligera resistencia. La resistencia es tan solo un indicador para revisar el plan y la disciplina es tan solo la práctica de la paciencia. La disciplina es la siembra y la paciencia es el fruto.
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